Esto sí que asusta: 5 cosas que desconocías sobre la industria tecnológica


La celebración de Halloween está a la vuelta de la esquina. Back Market, el marketplace líder de tecnología renovada, ha recopilado las cinco cosas que no sabías sobre la industria tecnológica y su producción que sí que dan mucho miedo. ¡Toma nota!

Vivimos en una cultura de usar y tirar, donde prima la obsolescencia programada y el culto social por la última tecnología. Todo esto contribuye al consumo frenético y hace que la producción siga manteniéndose fiel a la demanda con consecuencias que sí deberían asustarnos. Back Market, marketplace líder de tecnología renovada, apuesta por el consumo responsable y releva cinco cuestiones importantes sobre la tecnología a estrenar.

El sector tecnológico emite enormes cantidades de CO2

La fabricación de la tecnología para el consumo masivo tiene consecuencias perjudiciales para el planeta, siendo el sector tecnológico responsable del 3,7% de las emisiones globales. Esto equivale a más de diez veces un Spotify Camp Nou o un Santiago Bernabéu completo. Tan solo elegir un teléfono renovado en vez de uno nuevo, puede evitar hasta un 91% de las emisiones de CO2 de esta fabricación.

Gracias a las propuestas de consumo responsable se pueden ahorrar toneladas de este gas de efecto invernadero. Por ejemplo, la empresa de venta de dispositivos renovados Back Market ha evitado desde sus inicios en 2014 que 1 millón de toneladas de emisiones de carbono (CO2e) lleguen a la atmósfera.

La extracción de recursos naturales está agotando reservas no renovables

La obtención de materias primas, como metales raros, puede causar daños ambientales significativos y agotar recursos no renovables. Tan solo hay que tomar en cuenta los datos presentados por un estudio de la Agencia Francesa para la Transición Ecológica (ADEME): se necesitan 243,6 kg de materias primas para producir un solo teléfono inteligente y 6.551 kg para un único ordenador portátil. Uno renovado puede ahorrar la extracción del 91% de esas materias primas.

Los datos de ADEME también explican el impacto que cada producto renovado tiene en el medio ambiente. Un solo dispositivo renovado evita el consumo de materias primas equivalente al peso de 12 bicicletas, una tablet el peso de 14, un portátil el peso de 33 y el ordenador portátil, el peso de 66.

Los desechos electrónicos son los que más rápido crecen

La obsolescencia tecnológica conduce a la generación de residuos electrónicos, que a menudo no se reciclan adecuadamente y contaminan el entorno. Según el Monitor Global de e-Waste, en 2019 se generó un récord de 53.6 millones de toneladas métricas (Mt) de e-waste a nivel mundial, y se estima que se alcancen las 74.7 toneladas para 2030.

La composición de estos aparatos contiene un 3% de residuos peligrosos (tubos catódicos, placas de circuitos integrados, gases refrigerantes, PCB). Su acumulación, explica el Monitor Global de e-Waste, afecta a la salud humana por la exposición a elementos tóxicos como el plomo. Un 89% de esos residuos pueden evitarse con la compra de dispositivos renovados.

La fabricación de dispositivos usa componentes tóxicos que no se reciclan

A menudo se utilizan productos químicos peligrosos que pueden contaminar el suelo y el agua en la producción de tecnología nueva. Además, según el Monitor Global de e-Waste, se desconoce el tratamiento del 85% de los residuos electrónicos y es probable que se viertan, comercialicen o reciclen de forma no conforme o no respetuosa con el medio ambiente.

En vez de recurrir a la reparación, donación o a un correcto reciclaje, los dispositivos se usan y se tiran sin la preocupación de dónde acabarán después de estar en nuestras basuras.

La tecnología nueva se está bebiendo nuestras reservas de agua

La producción tecnológica puede requerir grandes cantidades de agua, lo que puede agravar la escasez de agua en áreas ya afectadas. Según cifras de un estudio de la Agencia Francesa para la Transición Ecológica (ADEME), a nivel de ahorro de agua, al comprar productos renovados se puede evitar el consumo recomendado para un adulto durante 103 años por cada móvil, 151 años en el caso de la tablet, durante 255 años para el portátil, y 216 años de consumo de agua para un adulto para el ordenador de sobremesa.


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