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Si eres emprendedor o estás empezando en este mundo del emprendimiento, seguramente ya sabes que un componente fundamental para lograr ser eficiente en este ámbito es poseer hábitos que te permitan mejorar cada día.
Con mucha probabilidad tengas una larga lista de hábitos por adquirir, algunos de los cuales ya habrás incorporado, pero también muchos otros que lamentablemente no.
Puede que aún no seamos conscientes de ello, pero estos fracasos en crear nuevos hábitos tienen un peso realmente importante sobre nuestra carrera como emprendedores y nuestra vida en general.
Y es que, como probablemente habremos escuchado con anterioridad, un porcentaje alto de las cosas que hacemos día a día las llevamos a cabo por mero hábito.
Este tema ha sido ampliamente estudiado por psicólogos y expertos en comportamiento humano a nivel mundial.
De hecho, existen muchas investigaciones y métodos diseñados para crear buenos hábitos, pero uno de ellos ha tenido especial auge en los últimos tiempos y se le ha adjudicado un nivel de efectividad superior al resto por ser la manera más sencilla de lograr adquirir estos hábitos.
Algunos medios han denominado esta práctica como “micro hábitos” y, como te podrás imaginar, los micro hábitos se basan en acciones reducidas a su mínima expresión.
Por ejemplo, si quieres convertirte en una persona más atlética en lugar de proponerte hacer ejercicio durante una hora todos los días, te propondrás hacerlo durante cinco minutos.
Si quieres convertirte en una persona más culta o aprender acerca de un tema, en lugar de proponerte leer dos horas al día, te propondrás leer dos minutos.
Puede parecer que esto no marca ninguna diferencia o no tiene ningún sentido, pero no es así; estas actividades son tan fáciles que, a pesar de que no tengas la motivación o tengas un día ocupado, vas a poder cumplirlas.
Recuerda que un hábito es un comportamiento repetido muchas veces a través del tiempo. Por ello, lo que hace de un comportamiento un hábito es la consistencia con que lo realices.
El doctor Brian Fogg, científico social, profesor e investigador de la Universidad de Stanford, fundador y director del laboratorio del comportamiento humano de esta misma universidad, explica que existen tres elementos que deben ocurrir al mismo tiempo para generar un comportamiento y crear hábitos positivos.
Elementos necesarios para generar un comportamiento y empezar a crear hábitos positivos
- Motivación o deseo: debes querer conseguir algo a través de ese comportamiento. Por ejemplo, para que hagas ejercicio debes querer perder peso o ganar músculo.
- Capacidad: se refiere al nivel de dificultad que tenga el hecho de realizar la acción.
- Disparador: algo como una llamada a la acción que de manera inmediata te haga asumir ese comportamiento.
Cuando estos tres elementos se combinan ocurre un comportamiento y estás en disposición de aprovechar los beneficios de los hábitos positivos.
Como podemos ver en este gráfico, la motivación y la capacidad son inversamente proporcionales y esta curva representa esa proporcionalidad.
Cuando la motivación y la capacidad están por encima de la línea y hay un disparador, el comportamiento ocurre.
Por ejemplo, si te digo que corras diez kilómetros pero tienes poca motivación, no importa la cantidad de veces que te diga que corras el maratón; si tienes poca motivación para hacerlo y es difícil de lograrlo, sencillamente no lo vas a hacer.
Mientras que, si te digo que entres y salgas de tu habitación, aunque no tengas la motivación para hacerlo lo puedes hacer porque es algo sencillo, lo que te pone por encima de la curva.
Por lo tanto, si te propones un hábito difícil de lograr va a ser complicado para ti mantener los niveles de motivación requeridos para cumplirlo.
Aunque sucederá que al principio lo harás, en algún momento esos niveles caerán y dejarás de realizar la acción, lo que tendrá como consecuencia que el hábito no sea incorporado, ya que como mencionamos antes los hábitos se forjan con la repetición.
Este es el sentido de los micro hábitos; son acciones que puedes realizar independientemente de que tu motivación sea alta o baja. Si te has propuesto leer, habrá días en los que te sientas motivado y en lugar de leer dos minutos leas 20.
También habrá días donde leerás 30 o solamente 5, pero lo importante es que estarás enviándole a tu cerebro la señal de que cumples lo que te propones.
Continuando con la explicación de la fórmula del doctor Fogg solo hemos cubierto dos aspectos: la motivación y la capacidad, nos faltaría cubrir el tercero, que son los disparadores.
Estos son acciones a las que se asocia nuestro nuevo hábito y, en teoría, cada vez que realicemos esa acción, llevaremos a cabo también con ella nuestro hábito. Por ejemplo, ingerir café como punto previo a la lectura.
Otro disparador podría ser meditar durante cinco minutos tras una buena ducha. Básicamente, se trata de asociar tu hábito a otro que tengas bien arraigado y hagas con regularidad para que te sirva como alerta y llamada a la acción.
Recuerda que los hábitos son un voto a favor del tipo de persona en la que te quieres convertir. Te ayudan a crear una identidad y a moldear quién eres.
Cada vez que escribes, te identificas a ti mismo como escritor, cada vez que haces música, te identificas como músico, cada vez que te ejercitas, te identificas como una persona sana.
Básicamente, tus hábitos son la forma en la que encarnas tu personalidad y desarrollas la manera en la que te percibes a ti mismo, de ahí la famosa frase “Somos lo que hacemos de forma repetida”.
El cambio de hábitos no es difícil si lo enfocas de esta forma; sencillamente es cuestión de diseñar sistemas que te permitan cumplir siempre sin que la acción a tomar represente una carga para ti.
Depender de altas cantidades de motivación para cambiar tu comportamiento es una estrategia perdedora.
Todos queremos una solución rápida, un super hábito, pero en realidad son las pequeñas acciones repetidas con constancia cada día las que nos moldean.
Si te vuelves un 1 % mejor cada día, al final del año serás 37 veces mejor de lo que eres hoy.
Si te estabas planteando añadir un nuevo hábito a tu vida, esta pequeña guía te va a ser de mucha utilidad. Recuerda que lo importante es empezar y la consistencia va a ser la clave, por lo que te sugiero que comiences poco a poco pero de inmediato.
Recuerda la primera ley de Newton: “un objeto en movimiento, tiende a mantenerse en movimiento”, así que manos a la obra. ¡Crea hábitos positivos!
Ahora que conoces algunas fórmulas para crear hábitos positivos recuerda que, si quieres incrementar tus niveles de felicidad también puedes recurrir a técnicas como, por ejemplo, el método Marie Kondo.
Este artículo ha sido redactado por Manuel Millán P, contador público con formación en coaching de vida y mentoring, entusiasta del desarrollo personal, emprendimiento y negocios digitales.